lunes, 8 de julio de 2013

66 años mirando al cielo

Primera noticia del "incidente Roswell"

Si bien existen registros e historias de avistamientos de objetos voladores no identificados anteriores a 1947, no puede negarse que el conocido "incidente Roswell" es un punto bisagra en lo que podríamos llamar la historia de los OVNI.
Sucedió en la primera semana de julio de 1947, cuando un granjero de Roswell, Nuevo México, salió a recorrer sus tierras, luego de que la noche anterior se produjese una fuerte tormenta. Durante su inspección notó que había pequeños fragmentos metálicos dispersos en el terreno. A medida que avanzaba, esta "chatarra" tenía mayor tamaño. Cuentan los registros que de pronto se encontró con una zanja ancha y poco profunda de tierra, como si hubieran sacado una lonja del terreno.
Asustado, W. Brazel tomó unos trozos de metal, e hizo la denuncia. A partir de ese momento, nada volvería a ser igual, no sólo para él, sino para toda la ciudad.
Para intentar comprender qué sucedió en la cabeza de los habitantes, hay que situarse en tiempo y espacio. La Segunda Guerra Mundial estaba prácticamente recién terminada, y se encontraba en sus etapas iniciales la denominada "Guerra Fría", un enfrentamiento solapado, desarrollado entre amenazas nucleares y espías, que se produjo entre los Estados Unidos y la Unión Soviética (como actores principales).
La psicosis por la amenaza nuclear era grande, luego de que los Estados Unidos atacaran las ciudades de Hiroshima y Nagasaki con un arma desconocida e inusitadamente letal: la bomba atómica.
En cuestión de horas, el "incidente Roswell" se convirtió en asunto de alta seguridad para el gobierno, al menos hasta que se supiera qué había sucedido, o para que no se filtrara información si el aparato caído pertenecía al ejército. La zona fue cerrada por los militares y el flujo "oficial" de información se cortó abruptamente.
Algunos pobladores cuentan que Brazel habló de trozos de metal con caracteres indescifrables (bien podrían haber sido en idioma ruso o "marciano"), y otros recordaron haber presenciado avistamientos de luces extrañas sobre la zona durante ese año.
Varios días después (el 8 de julio) la noticia se filtró en la prensa escrita... el mito extraterrestre había nacido.
Entrada al museo, en el 114 North Main Street 
Poco se sabe en realidad del incidente, pero lo cierto es que a partir de ese momento el cielo fue escudriñado por propios y extraños en busca de los visitantes de otros mundos que venían en son de paz, o para conquistarnos (en 1938, plena Segunda Guerra Mundial, Orson Wells transmitió por radio la adaptación de la novela de H. G. Wells, "La guerra de los mundos", en la que se producía una invasión marciana en la Tierra, lo que causó pánico en la población de Nueva York... la idea estaba instalada... la amenaza estaba ahí afuera). Resulta llamativo, también, que es por esta época en la que surgen los grandes superhéroes de los cómics, con residencia en los Estados Unidos y siempre dispuestos a luchar contra el Mal para salvar a la nación. Evidentemente, el miedo existía, y la industria publicitaria tenía que afianzar la confianza en la seguridad.
Volviendo a Roswell, más allá de las teorías conspirativas, y los cuerpos de los extraterrestres que, según dicen, trasladaron a un lugar "secreto" en el Campo de Pruebas y Entrenamiento de la Fuerza Aérea, llamado "Área 51", la historia de Roswell cambió la vida de ese pueblo, que se reconvirtió poco a poco en la capital mundial de los "platos voladores" (la agencia Associated Press los llama "flying disks"), con museo alusivo, festivales y merchandising por doquier (una taza de cerámica con la impresión de la primera plana del diario que dio la primicia se consigue a diez dólares). También dio inicio a una subindustria del entretenimiento de la que Hollywood y el mercado editorial supieron sacar provecho con creces.
Hace 66 años que miramos al cielo buscando respuestas, casi como rezando en una nueva religión. Hace 66 años nacía el mito, o tal vez el mito dejaba de serlo para volverse una realidad palpable... todo depende del lado de la historia que tengamos ganas de creer... porque al fin y al cabo, el universo en infinito, y todo se vuelve en una cuestión de fe...

Portada digital del diario de Roswell
Fuentes de las imágenes: www.roswellufomuseum.com y Roswell Daily Record.

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