sábado, 2 de abril de 2011

El "Doríforo" en Buenos Aires... una oportunidad imperdible

Así como el Ave Fénix, el "Doríforo" ha resurgido también de las cenizas, aunque no de las propias, sino de las del Vesubio, y hoy en día está entre nosotros... La República de Italia cumple 150 años de vida (unificada), y como parte de los festejos, envió un embajador ilustre al país. Se trata de la copia en mármol del "Doríforo" (realizada originalmente en bronce por Policleto, en el siglo V antes de Cristo).
Esta obra de arte fue encontrada en las excavaciones que se realizaron en donde se situaba la ciudad de Pompeya (que sucumbiera bajo la lava y las cenizas del Vesubio en agosto del año 79 de nuestra era). El hallazgo data de 1797, y se llevó a cabo en las ruinas del gimnasio "Palestra Sannitica". Primero se encontró el tronco, y cuatro meses más tarde, cuando todo hacía suponer que no pasaría de ser un pedazo de estatua de los que abundan de aquella época, se hallaron las extremidades. No tuvieron la misma suerte los elementos que portaba, y que aún hoy continúan siendo motivo de estudio e investigación.
Hacia 1800, se unieron las partes con polvo de mármol, y se agregaron pivotes para evitar nuevas roturas (por ejemplo, el que une el brazo derecho al cuerpo). Estas junturas, cicatrices de un cuerpo con historia, son observables a simple vista, y no le quitan belleza a la pieza.
Policleto realizó a su guerrero siguiendo lo que él consideraba el ideal de belleza en cuanto a la simetría del cuerpo humano. Y esta obra fue tomada como modelo de la "proporción humana". La cabeza, por caso, mide exactamente la séptima parte de la altura, y el rostro está dividido en tres partes iguales: la frente, la nariz y la distancia entre ésta y el mentón miden lo mismo.
Si bien los críticos de arte aluden que la estructura de la pieza es arcaica, pues se basan en los pectorales planos y la exageración de los músculos de la cadera, hay que reconocer que Policleto supo imprimirle movimiento a su obra, a la que le otorgó una posición quiástica (es decir, con forma de "X"). El guerrero apoya su peso en la pierna derecha y sostiene algo (por mucho tiempo se pensó que una lanza, de ahí su nombre -doríforo significa "portador de lanza"-) con la mano izquierda, por lo que la musculatura de estos dos miembros se muestra tensionada. Por otra parte, la pierna izquierda y el brazo derecho se encuentran aparentemente relajados (la pierna se está moviendo hacia adelante, y en el brazo se observa que tiene los bíceps contraídos, por lo que se supone que también estaría cargando algo). Además, como para terminar de romper con la posición estática con que se esculpía, hizo girar levemente hacia la derecha la cabeza al joven guerrero.
Decíamos que antes se suponía que portaba una lanza, y por eso se bautizó a la pieza con el nombre "doríforo", sin embargo, la posición de los dedos de la mano izquierda (y del brazo en general) hace suponer que, en realidad, lo que sostenía era un escudo, mientras que en la mano derecha bien podría estar portando el mango de una espada. Tampoco se sabe a quién representa, si es que tuviera que representar a alguien. Por mucho tiempo se dijo que era el dios Apolo o el héroe Aquiles. La directora del Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, Valeria Sampaolo, desliza hoy en día que "se ha constatado que los atributos recién reconocidos [el escudo y la espada] pueden muy bien compaginar con Teseo, héroe ateniense vinculado a la formación civil y militar de los jóvenes griegos". 
Personalmente, me resultó llamativo que esta escultura presente en la espalda dos agujeros que no fueron rellenados por polvo de mármol. Se supone que estas marcas se deben a que la estatua se hallaba sobre un pilar irregular que no garantizaba su estabilidad, y por lo tanto se la unió a algún muro desde esos lugares para evitar que se cayera. También, me llamó la atención el realismo en la representación de las venas de los brazos, algo que sin duda debe haber sido complicado de tallar en mármol, y mucho más a pricipios del siglo I (circa años 14/37 a.C.)...
El "Doríforo" está realizado en mármol lunense, mide 2,135 cm de alto, y pesa 750 kilos.
Esta obra de arte se exhibe desde el 1 de abril hasta el 30 de junio de 2011, en el hall de las escaleras del Museo Nacional de Bellas Artes (Avenida del Libertador 1473), con entrada libre y gratuita. Sin lugar a dudas, una ocasión excepcional para acercarse a los orígenes del arte clásico, sin tener que viajar a Europa.