Resulta que el alcalde de primer voto Judas José de Salas solicitó al virrey el 25 de febrero de 1778 la prohibición de las festividades por hacer "fastidiosa la habitación" de la Ciudad, debido a que durante su desarrollo "se apura la Grosería de echarse agua y afrecho y aun muchas inmundicias, unos a los otros, sin distinción de estados ni sexos, llegando al desenfreno, que ni aun en su propia casa se está el más recogido, ni la señora más honesta a cubierto de un insulto porque suelen introducirse cuadrillas de hombres y mujeres disfrazadas, y muy proveídos de huevos y otras menudencias arrojadizas..."(1).
Pero se ve que no quedaba sólo en ensuciar o insultar a la gente, sino que Salas da cuenta de que esos asaltos a las casas tenían otras consecuencias más graves: "...estas cuadrillas roban y rompen los muebles, después de dejar muy mal trazadas y tal vez heridas a las personas de los dueños".
Es así, pues, que el 28 de febrero, el Virrey firma el bando por el cual prohíbe "los dichos juegos de Carnestolendas, encargando su celo a todas las Justicias, Cabos Militares, y Patrullas, y a quien contraviniere a este mandato se le castigará a mi arbitrio y como corresponda".
Acompaña al documento un texto el secretario Joseph Zenzano, que establece que "con voz de pregonero hice publicar el bando antecedente en los parajes públicos, y fijé copia en las puertas del Ilustre Cabildo...
Virrey Ceballos (imagen Wikipedia). |
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