domingo, 31 de octubre de 2010

La Noche de Brujas: historia y simbología más difundida

Ajeno a nuestras tradiciones, el festejo de la Noche de Brujas se viene desarrollando por estas tierras desde hace aproximadamente unas dos décadas. No obstante, es una costumbre que aún no ha logrado saltar los límites de la publicidad y la organización de fiestas en discos.
Los origenes de lo que hoy se ha transformado en una gran fiesta de disfraces globalizada distan de ser festivos, y se remontan unos 2.500 años en la historia. Para la tradición celta, el fin de año (Samhain) llegaba justo al final del verano (hacia el 31 de octubre), y coincidía con el fin de época de cosechas. Además, tal vez como una analogía de que el invierno les traería muchas dificultades, creían que esa noche los muertos volvían en busca de un cuerpo en el cual revivir. Es por esa razón que este pueblo pasaba esa noche a oscuras (para no llamar la atención de los espíritus) y "camuflados" con pieles (para que, en caso de ser encontrados, estos espíritus siguieran de largo al confundirlos con animales).
Como suele suceder cuando hay fusión de culturas, la conquista de la isla de Gran Bretaña por parte de los romanos hizo que éstos, poco a poco, comenzaran a celebrar esta tradición. En el siglo VII, el papa Bonifacio IV incorpora esta tradición al calendario oficial católico, pero en homenaje a todos los difuntos, el día 1 de noviembre.
Con el tiempo, vendría la denominación que hoy conocemos. Es sabido que el nombre "halloween" deriva de "all hallows eve" que significa lisa y llanamente "vísperas de todos los espíritus" (que deviene de "all hallows day" o "día de todos los espíritus").
La simbología
Halloween es una mezcla de tradiciones. Los disfraces son un derivado de las pieles con las que se camuflaban los antiguos celtas con el fin de pasar inadvertidos por los espíritus. La tradición moderna dicta que sólo se puede salir a la calle esta noche disfrazados con algo relacionado con la muerte, con el fin de engañar al espíritu que busca un cuerpo vivo para reencarnar.
Otro símbolo que ha tomado gran fama es el uso de la calabaza iluminada. Sin embargo, nada tiene que ver con el origen del mito, pues ya habíamos dicho que los antiguos celtas pasaban la noche a oscuras. Esta tradición deriva de otra leyenda celta que cuenta que un estafador irlandés se cruza en una taberna con el diablo, que intenta tomar su alma. Sin embargo, Jack (tal era el nombre) logra engañar al demonio en varias oportunidades, hasta que en la última le hace prometer que jamás se adueñaría de su alma. Conseguido el cometido, Jack sigue si vida hasta que, lógicamente, un día muere. En el cielo no es recibido por el tipo de vida que había llevado, y cuando va al infierno, tampoco puede permanecer allí dado que la promesa del diablo continuaba en pie. Es entonces que el demonio le ofrece un nabo ahuecado y pone allí un carbón infernal que jamás se apagará, para que vague por las tinieblas del "no mundo" eternamente. Cuando en 1845, una crisis económica de grandes proporciones expulsa a muchos irlandeses que viajan a Norteamérica en busca de un mejor futuro, cambian allí la tradición del nabo por la calabaza, pues al tener mayor tamaño, resulta más fácil de ahuecar para iluminarla. Cuando las dos costumbres se mezclan, la idea que se establece es que la calabaza protege la casa, pues si en cada una se coloca una calabaza iluminada en puertas y ventanas, se iluminaría el camino del espíritu para que continúe con su derrotero, sin ingresar en ningún hogar.
El "dulce o truco" también tiene un origen diferente al del Halloween. Se cuenta que en los siglos XVI y XVII se realizaba una persecusión sistemática contra los católicos. Eso llevó a que un grupo de católicos intentara matar al rey. Sin embargo, uno de ellos traicionó a sus compañeros (se dice que a fuerza de torturas) y todo el plan fue desbaratado. Cada aniversario de esa traición, grupos de luteranos paseaban por las calles inglesas con máscaras y se acercaban a las casas de los católicos en busca de algo de valor como una forma aterrorizarlos y chantajearlos por su silencio. Con el tiempo, esta costumbre (menos "simpática", por cierto) también se transformó y fue fagocitada por la festividad de Halloween.
La festividad como tal comenzó a tomar fuerzas en la década de 1920 en los Estados Unidos. Luego vendrían los programas de televisión y las películas de cine para proyectar la fiesta a todo el mundo. En nuestro país, recuerdo haber visto a fines de la década de 1980 las primeras publicidades de la marca Wrangler haciendo hincapié en la Noche de Brujas. La década menemista sería el momento propicio para que la fiesta se extendiera entre quienes querían vivir el Sueño Americano hasta en sus tradiciones... mientras otros vivían su propia película de terror, huyendo del desempleo y la miseria con más energía que la que pondrían para escarpar de Jason, Freddy Kruegger y demás monstruos del celuloide...

sábado, 23 de octubre de 2010

Conocer para hacer

No se puede gobernan con éxito si no se sabe a quiénes se gobierna. Para implementar las medidas de gobierno más acertadas, es condición sine qua non conocer las necesidades que atraviesa la población.
El primer censo en Buenos Aires lo llevó a cabo el virrey Juan José de Vertiz en 1778. Hay que tener en cuenta que la ciudad no existía con las dimensiones tal como la conocemos hoy. En ese año, la ciudad contaba con 24.754 habitantes.
Casi un siglo más tarde, y luego de varios conteos en distintas ciudades del interior, durante la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento, se realizó el primer censo nacional.
Los argentinos eran por entonces 1.836.490, 71% de los cuales era analfabeto. Otros datos significativos son que el 75% de la población vivía en la pobreza, y que sólo el 5% era indígena...
A primera vista, este dato resulta llamativo, porque aún no se había llevado a cabo la campaña conocida como "conquista del desierto", que no era tan desierto si tenemos en cuenta que estaba habitado por sus pobladores originarios. Es más, creo que no se "conquista" un desierto, a lo sumo se lo "ocupa", pero ése es otro tema.
El porqué del porcentaje tan pequeño en la contabilización de los indígenas se responde cuando se explica que el censo "nacional" no tuvo en cuenta la zona de la patagonia ni la de las provincias de Formosa y Chaco, y parte de Santiago del Estero y norte de Santa Fe, territorios a los cuales se los calificó como "dominios indígenas".
Con los datos (parciales) en la mano, Sarmiento llevó a cabo su conocida política de fomento de la educación. Al finalizar su presidencia, 100.000 niños cursaban la escuela primaria.
Otro dato que resulta curioso es que sólo el 1% de la población era profesional. Si tenemos en cuenta que quienes gobernaban en aquella época eran los profesionales -según surge de las distintas biografías de los estadistas de fines del siglo XIX-, es fácil darse cuenta por qué se los denominaba "oligarquía" ("forma de gobierno en la cual el poder político es ejercido por un grupo minoritario" -definición del Diccionario de la RAE-). Con su política educativa, Sarmiento abriría las puertas a que cuatro décadas después gran cantidad de personas (ya educadas) aspiraran a cargos electivos, la ley Sáenz Peña (voto secreto, "universal" y obligatorio haría el resto).
Sin ningún lugar a dudas, el primer censo nacional tuvo la motivación de organizar las políticas de Estado en pos del bienestar de la población y el crecimiento del país. En 1960, se implementaría la obligación censal cada diez años, tan sólo como una muestra de la evolución de la sociedad en términos cuantitativos principalmente. En 2000, la crisis económica obligó a postergar un año la realización de la muestra por falta de fondos.
El censo realizado en 2001 arrojó un total de 36.260.130 habitantes. El siguiente cuadro muestra la evolución de la población (en cantidad) en los últimos 140 años:
En pocos días se llevará a cabo el décimo censo nacional, sin duda, otra oportunidad de conocer a fondo nuestra verdadera composición social. Bien utilizados, los datos que brinda un censo son la base sobre la que se deben estructurar las políticas de Estado de cara al futuro, tal como hizo Sarmiento. El censo poblacional en sí mismo no es una medida de gobierno desde el punto de vista partidista. El político que sepa leer las estadísticas será quien pueda capitalizar esos resultados. Los habitantes tenemos la obligación de responder la encuesta; los gobernantes, de hacer algo con esos datos que les proporcionamos.

viernes, 15 de octubre de 2010

Los otros mineros

El rescate de los 33 mineros que permanecieron atrapados a 700 metros de profundidad durante dos meses puso en boca de todos el tema de la minería.
El show mediático (casi proselitista) se destacó por la precisión milimétrica con la que se transmitió prácticamente 24 horas ininterrumpidas. Los mineros fueron saliendo de su largo encierro acicaladitos como quien participa de un reality, abrazaron al presidente, y el rating se disparaba a las nubes. El mundo estaba expectante, con los ojos puestos en Copiapó, ciudad minera de la III Región, Chile.
Sin embargo, la actividad minera esconde un costado nada espectacular y más aberrante, que debería avergonzarnos como género humano: la explotación infantil en los trabajos de minas.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), un millón y medio de niños y adolescentes trabajan en la minería artesanal, expuestos a riesgos tales como explosiones, derrumbes, silicosis (enfermedad típica de la minería provocada por la aspiración del polvo de sílice), intoxicación con sustancias como mercurio, cianuro, dióxido de azufre, etc.
Los niños comienzan a trabajar en al actividad minera informal a los 6 años, debido a que los ayuda su tamaño. Según el informe "Niños que trabajan en la minería artesanal de oro en el Perú" (publicado por el Programa para al erradicación del trabajo infantil de la OIT), "los niños apoyan al padre extrayendo el mineral de los socavones, que son reducidas galerías de 90 cm de altura". Además, el informe citado denuncia que las autoridades "invisibilizan" el trabajo infantil, al cual en el mejor de los casos califican como "ayuda eventual".
Guillermo Dema, coordinador subregional del Programa mencionado, explicó que "América Central no es ajena a este problema. En Guatemala, niños y niñas han sido detectados, en canteras, arrastrando cargas pesadas, respirando partículas contaminantes y utilizando peligrosas herramientas y equipos para el triturado de piedras y minerales. Mientras que en países como Nicaragua, por ejemplo, se observan confinados en la oscuridad de estrechos túneles niños, niñas y adolescentes que laboran largas jornadas expuestos a graves accidentes que afectan su seguridad y su salud".
Por su parte, el portal Kindernothilfe cuenta la historia de Miguel (un niño que trabaja en las minas de Cerro Rico, Bolivia). Desde sus adultos 11 años, el pequeño relata que "la temperatura en los túneles alcanza casi 40 grados, a veces no puedo respirar". Cuenta también que su colación son dos rodajas de pan y una botella de agua para racionar a lo largo de las diez horas de trabajo diario.
Obviamente, América Latina no es territorio exclusivo de la explotación infantil. Y en lo que se refiere a la minería, las excavaciones de oro en Costa de Marfil, las minas en Nepal, la búsqueda de piedras preciosas en Tanzania, las canteras de piedra en la India y de carbón en Mongolia son sólo unos pocos ejemplos de lugares donde la explotación minera infantil se desarrolla día a día, mientras el mundo mira expectante a los 33 héroes de la mina San José (Chile).
Como muestra de la peligrosidad de esta actividad, se puede remarcar que ayer estalló una mina de carbón en China y se produjo un derrumbe en una de Ecuador. El diario español El País revela que "alrededor de 3.000 trabajadores mueren por año (unas 60 por semana) en las minas chinas...". En principio, los mineros chinos no tuvieron tanta "suerte" como los chilenos, pues se habla de al menos 20 víctimas fatales, y de los ecuatorianos se esperan aún señales de vida... la incógnita a revelar es: ¿habrá habido niños trabajando en estos lugares?

lunes, 11 de octubre de 2010

¿Qué ves cuando me ves?

Uno de los trucos publicitarios por excelencia es el conocido como "mensaje subliminal". El Diccionario de la Real Academia Española define como "subliminal" al estímulo que "por su debilidad o brevedad no es percibido conscientemente, pero influye en la conducta". O sea, una parte de nuestro cerebro capta esa imagen (o descifra ese mensaje), aunque nosotros no nos demos cuenta. La pregunta del millón es: ¿en qué grado puede influenciar en una persona un dibujo o mensaje "oculto"? Probablemente, todos hayamos escuchado hablar del hombre desnudo que se encuentra "escondido" en el camello del atado de cigarrillos. Y también es probable que a ningún adulto le genere algún tipo de interés o morbo dicha imagen; no obstante, entre adolescentes la cosa cambia. Recuerdo que cuando estaba en los primeros años de la adolescencia, el tema generó "debates" en muchos ámbitos (escuela, familia, amigos), todos ligando el hecho a "las tentaciones del sexo". Mientras se hacía foco en el sexo, la empresa había logrado su objetivo, que no era ni más ni menos que poner un paquete de cigarrillos en manos de personas que están ávidas por hacerse adultos, por vivir nuevas experiencias, por probar nuevas sensaciones... como prender un cigarrillo. ¿Y el sexo? ¿Y el hombre desnudo que tanto le quitaba el sueño a los adultos? Bien, gracias. Que la publicidad subliminal existe no es ninguna novedad. Tampoco debería serlo que lo que busca es vender, instalar una idea pero con respecto a su producto. La idea es que la gente pueda descubrir estos "pequeños mensajes para algunos pocos elegidos", y de esta forma, habrá logrado instalar el tema y la marca. La gente hará el resto. En muchos casos, no pasa de un simple juego para ojos entrenados. Por ejemplo, buscando ilustraciones en la web, encontré un caso (no lo descubrí yo) cuyo mayor mensaje podría ser "si hay juegos violentos y tu prefieres éste...". En la ilustración siguiente se puede ver que algunas de las letras del juego están destacadas con una "estrellita" o "brillo": U-R-M-R-G-A-Y. Si queremos hilar fino, en inglés se apocopa you are con las letras u (cuyo nombre suena iu) y r (ar), y esto significa "tu eres". Las siguientes letras M-R no serían otra cosa que Mr (señor), y las tres restantes... no necesitan mucha explicación. Ergo, "si hay juegos violentos y tu prefieres éste, tu eres Mr. gay". Pero... ¿por qué una empresa querría decirle eso a su cliente? Otra teoría publicitaria es que nada vende más que el sexo. Entonces, pongamos sexo en donde se pueda... ¿y en donde no se pueda? También. Son muchísimos los casos en donde se cuela una imagen, en algunos de ellos, demasiado rebuscada. Aunque dudo de que el mensaje esté ligado al sexo en sí (como en el caso del cigarrillo), sino más bien que éste es el anzuelo para que nuestra mente recuerde el aviso, y principalmente la marca. Y no olvidemos la mejor vía publicitaria del mundo: el boca a boca. "¿Viste lo que esconde el aviso de 'xx'?", esta frase servirá para que lo busquemos por cielo y tierra, y ser así del grupo de los "elegidos"; comprobado el mensaje oculto, seremos nosotros mismos quienes repliquemos la pregunta entre nuestros conocidos. Supongo que, hoy en día, no debe tan efectivo el hecho de "esconder" mensajes sexuales en las publicidades y películas, pues ya se ha vuelto tan explícito todo que imagino que no generaría el impacto que podría haber causado hace un par de décadas. No obstante ejemplos sobran, y en youtube existen muchísimos (algunos muy exagerados, otros demasiado contaminados por la ideología religiosa, y otros más bastante "improbables"). Sin embargo, todos ellos interesantes, pero sin duda para verlos con ojo crítico.